INGREDIENTES:
300 gr harina normal
140 gr de almendra cruda, pelada
140 gr de aceite de oliva virgen extra
150 gr de azúcar glas
1 cucharadita de canela
1 cucharadita de jengibre
La piel rallada de una naranja grande
Sésamo
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 160º.
Forramos una bandeja apta para horno con papel vegetal y extendemos la harina y hornear durante unos 20 minutos, removiendo cada 5 minutos.
Tiene que quedar ligeramente subida de tono, pero sin tostar. Sacamos y reservamos. Introducimos las almendras a esa misma temperatura y hornear durante 10 minutos, removiendo cuando lleve la mitad del tiempo. Sacamos y reservamos.
Esperamos a que se enfríen la harinas y las almendras.
Trituramos 100 gr de almendras y los otros 40 gr los picamos en trozos pequeños. Podéis ayudaros de un robot de cocina, picador....
Tamizamos la harina y el azúcar glas, añadimos la almendra molida, la almendra picada, la canela, el jengibre y la ralladura de la naranja.
Mezclamos todos los ingredientes e ir añadiendo poco a poco el aceite, a la vez que vamos removiendo para que se integre. Puedes hacerlo con una amasadora eléctrica o Thermomix, pero es tan fácil que lo he hecho en un bol mezclando con una espátula y después con las manos.
La masa no tiene que quedar compacta pero, al coger una porción, se tiene que pegar con facilidad. Si no es así, puedes añadir algo más de aceite de oliva, pero de cucharada en cucharada.
Precalentamos el horno a 180º.
Formamos bolas del tamaño de una albóndiga y aplanar con las manos. Los pincelé con un pelín de aceite y les puse sésamo.
Los vamos colocando en la bandeja forrada con papel vegetal y horneamos entre 15 y 20 minutos. La cocción dependerá de cada horno, tienen que comenzar a dorarse, pero sin que queden muy tostados. Yo los he tenido 18 minutos y han quedado perfectos de cocción.
Son muy delicados y se deshacen con facilidad, así que ten cuidado cuando los guardes. Yo los he envuelto en papel de seda y guardadas en una caja metálica.
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