INGREDIENTES PARA LA MASA DE LOS BUÑUELOS:
400 g de harina de fuerza (yo tuve que poner un pelín más)
8 g de levadura fresca de panadero
30 g de anís, licor
5 g de matalauva (anís en grano)
2 g de sal
La ralladura de un limón
65 g de azúcar de todo uso
150 g de leche tibia
2 huevos medianos
35 g de manteca de cerdo o mantequilla
INGREDIENTES PARA BAÑAR LOS BUÑUELOS:
50 ml de anís
50 ml de agua
Azúcar suficiente para rebozarlos
ELABORACIÓN:
En una fuente grande, ponemos la harina.
Hacemos un pequeño hueco en el centro, y echamos la levadura desmenuzada, alrededor de la harina, rodeando la fuente, ponemos la sal, en el centro ponemos también, el azúcar, la ralladura del limón, y los granos de matalauva.
En otro recipiente, ponemos la leche tibia, los huevos y el anís, lo mezclamos bien, con un tenedor.
Echamos esta mezcla, en el centro de la fuente y removemos todo con una cuchara de madera, cuando ya no podamos, lo haremos con las manos, amasamos hasta que la masa esté lisa.
Ahora iremos añadiendo la manteca de cerdo, poco a poco, hasta conseguir integrarlo bien y nos quede una, masa lisa y elástica.
Untamos un bol con un pelín de aceite y la metemos, tapamos y dejamos que doble su volumen, unas 2 horas.
Sacamos la masa, la apretamos con las yemas de los dedos y amasamos un minuto.
En bandejas forradas con papel de hornear, vamos a ir poniendo pequeñas bolitas, separadas entre ellas, que haremos cogiendo pedacitos de la masa, más o menos todas del mismo tamaño.
El tamaño de las bolitas sería más o menos, como el de una castaña grande.
Una vez tengamos todas las bolitas hechas, tapamos con un trapo y las dejamos doblar su volumen, unas dos horas.
En una sartén profunda, ponemos bastante aceite de girasol.
Mientras de calienta a fuego medio bajo, vamos haciendo la mezcla para mojar nuestros buñuelos.
Mezclamos los 50 ml de agua y los 50 ml de anís, mezclamos bien y reservamos.
Ponemos un plato con el azúcar para rebozarlos.
Una vez el aceite esté caliente, echaremos los buñuelos de 4 en 4 no más, para no tocarlos y que se deformen. Podéis cortar cuadrados de papel de hornear y poner un rosco en cada uno de ellos. Lo echaremos así a la sartén y con las pinzas de cocina, sacaremos el papel de hornear.
Lo haremos de la siguiente manera, con cuidado cogeremos una porción de bolita, y con los dedos índice y pulgar, haremos un agujero en el centro, y con la ayuda de la otra mano, con los mismos dedos, lo agrandaremos un poco, intentar al hacer este proceso, no aplastarlos mucho.
Lo ponemos en la sartén, y hacemos lo mismo con todas las porciones de bolitas, de cuatro en cuatro.
Freímos cuatro, las sacamos y hacemos la misma operación, con las otras cuatro.
Los buñuelos que vayamos sacando, los ponemos en papel absorbente.
Pincelamos con la mezcla de anís y agua y pasamos por azúcar.
Guardados en recipientes con tapa, suelen durar días blanditos, si no se los comen antes.
Fuente: Eva Valer Ruiz.
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